miércoles, 16 de noviembre de 2011

Televisión y Educación

Joan Ferrés




LA TELEVISIÓN COMO LA PROLONGACIÓN DE LA PERSONA





Los medios y el desarrollo de las capacidades



Los medios no modifican sólo una facultad, modifican su manera de pensar, de percibir el mundo y de actuar. Por ejemplo:


El automóvil es una prolongación del pie. Hace al conductor más veloz pero también lo hace más impaciente, nervioso, agresivo, impulsivo e intolerante.


Para que los medios provoquen estas transformaciones es preciso que sean asumidos personal y socialmente.


La persona que se ejercita de manera preferente en el uso de un medio tenderá a desarrollar las habilidades requeridas para su decodificación.


La televisión tiene éxito por que dirige esquemas mentales, además potencia y modifica estos esquemas.


HIPERESTIMULACIÓN SENSORIAL

La televisión transforma los hábitos perceptivos de los espectadores al crear la necesidad de una hiperestimulación sensorial.


El movimiento tiene también una gran fuerza para atrapar la mirada humana.


El movimiento es uno de los grandes alicientes de la televisión como recurso para la capacitación de la atención y como elemento gratificador para mantenerla.


La multiplicación de los estímulos visuales y auditivos. Los mensajes televisivos se caracterizan por una aceleración cada vez mayor en la sucesión de los planos. Si no hay cambio, es aburrido.


En los años 40 y 50 la duración media d cada plano era de entre los doce y los quince segundos. Actualmente en los dibujos animados japoneses es de 3.5 segundos.
Cada plano supone un cambio de la realidad representada.


El hombre contemporáneo es incapaz de vivir sin estimulación sonora. Necesita utilizar la música, o la televisión, como fondo sonoro para cualquier actividad.


EL FENÓMENO DEL ZAPPING

La práctica del zapping es una prueba más de la necesidad psicológica de un ritmo trepidante en los programas televisivos, como consecuencia de la modificación de los hábitos perceptivos de las nuevas generaciones.


Por si la estimulación sensorial que ofrece la televisión no fuera suficiente, el espectador puede incrementarla mediante el cambio de canal.


En Estados Unidos se distinguen diversas modalidades de comportamiento fragmentado en el uso de la televisión y el video:


* Zapping. Cambio de canal durante una emisión, sobre todo durante las interrupciones publicitarias.
* Zipping. Aceleración de la lectura de las imágenes de un magnetoscopio para evitar las interrupciones publicitarias o para saltar un fragmento poco gratificante.
* Grazzing. Salto constante de canal con la intención de seguir diversos programas a la vez.
* Filipping. Cambio de cadena durante una emisión sin otra intención que es simple placer del cambio.

Visión fragmentada de la realidad

La hiperestimulación sensorial lleva a ofrecer una visión fragmentada y compartimentada de la realidad. Como indica D. Wolton, lo único que importa en este contexto es la sorpresa, y el zapping es un instrumento de la sorpresa.


La gratificación producida por la estimulación sensorial se convierte en un fin en sí misma. El zapping fou sería la manifestación extrema de esta tendencia a la simple gratificación sensorial y, en consecuencia, al sinsentido.
La cultura mosaico
La televisión es una manifestación de lo que Abraham Moles denominó la cultura mosaico. Mientras la cultura tradicional era limitada en conocimientos, pero organizada, coherente, estructurada, la cultura mosaico se caracteriza por el desorden, la dispersión, el caos aleatorio.



MODIFICACIÓN DE LOS PROCESOS MENTALES

Cuando se modifica la experiencia de la percepción existe un cambio en los procesos mentales, es por ello que es importante fijarse en la manera que se entrega una información para asegurar la captación y la retención.


El ejemplo empleado es el de la serie televisiva Plaza Sésamo, donde se dieron cuenta que la repetitividad y el ritmo alto provocaban en los niños mayor atención y una alta captación de la enseñanza que se estaba dando en el programa.


En México se dieron cuenta que los niños de zonas rurales no podían procesar la información de dicha serie, el ritmo de vida más lento en estos infantes y su experiencia perceptiva con una velocidad menor, influyeron para que la estrategia de Plaza Sésamo no fuera óptima para los niños que no viven en la ciudad.


En Israel, se comprobó que los niños que crecieron viendo la serie antes mencionada desarrollaron capacidad visual y pensamiento asociativo, esta característica de pensamiento no la tienen niños que crecieron sin televisión.
Proceso de cognición: Textual, verbal e imagen
Hay que entender que la Televisión y la lectura no son opuestas, pueden verse como un complemento que ayudara a desarrollar diferentes capacidades; por un lado la televisión hace que la persona tenga una mayor percepción visual, sensorial y auditiva, la lectura por su parte desarrolla la reflexión.


La televisión es dinámica, ya da las imágenes desarrolladas, el lenguaje está establecido. Cuando una persona funge como televidente está inmerso en algo concreto, todo proceso
es inmediato puesto que ya está codificado, es decir, desde afuera se impone cómo es de lo que se habla.


La lectura es algo más complejo, hay que descodificar el mensaje que contiene conceptos abstractos, es por ello que se requiere de mayor concentración y poseer la capacidad de analizar lo que se quiere decir. Análisis y comprensión son dos habilidades que se desarrollan en el lector.


Entendiendo lo anterior se puede comprender porque en cuestiones escolares le lector se ve aventajado, por su naturaleza de lector le es más fácil el análisis que al que ve televisión y le cuesta porque tiene que descodificar por su cuenta el mensaje, es algo a lo que no está acostumbrado.


A partir de los años cincuenta, cuando la televisión se logró colocar en la mayoría de los hogares de Estados Unidos se percibió un cambio en los estudiantes; problemas de análisis que antes eran sencillos ahora se complican por el uso excesivo de la televisión. El nivel educativo se vio afectado considerablemente.


El uso de la televisión ha provocado que las personas cuando leen no comprendan lo que están revisando, los problemas más comunes que se pueden notar en una persona que no lee son: dificultades para leer, escribir, hacer cuentas, llenar formularios y comparar precios.


No se trata de tachar el uso de la televisión puesto que desarrolla habilidades, lo que se intenta decir es que el sólo uso de la lectura o el estar todo el tiempo como televidente, traerá deficiencias en habilidades. El uso moderado y compartido de estos dos elementos permite el desarrollo de capacidades más completas en el sujeto.



RESPUESTAS AFECTIVAS

“Lo intuitivo y lo emocional tenderá a primar sobre lo intelectual y lo racional” nos dice la lectura, este es el efecto provocado por la exposición a la televisión ya que en gran medida sus contenidos apelarán por la emotividad sirviéndose de imágenes que no impliquen mayor esfuerzo al televidente para su decodificación. Aquí es donde la televisión se basa en la falsa premisa de que “una imagen vale más que mil palabras”.
Multiplicación y mediatización de las experiencias
El resultado de toda esta exposición es la baja intelectualidad en las personas, las experiencias pasan a ser homologas, se rompe la brecha generacional los niños saben cosas de adultos y viceversa.
El sentido de la inmediatez y de la impaciencia
Otro fenómeno que podemos notar derivado de la televisión, es que nos estamos convirtiendo en seres inmediatos, acostumbrados a vivir en un mundo vertiginoso. Queremos que así como podemos seleccionar y tener el control en nuestras manos de toda una serie de programas y contenidos en televisión creemos que en la vida real podemos hacer lo mismo y es donde llegan las frustraciones al sabernos en un mundo donde existen infinidad de trabas que hacen algunas de nuestras actividades procesos lentos.


LA TELEVISIÓN COMO AGENTE DE CONSUMO

La dimensión publicitaria del medio


Algunos teóricos no dudan en afirmar que lo específico televisivo, la esencia de la televisión, es la publicidad. Y ello por diversos motivos:
* Lo propio de la televisión es vender.
* Para incrementar el consumo, el propio medio debe convertirse en objeto de consumo.
* Todos los programas incorporan, cada vez más, los parámetros expresivos propios del discurso publicitario.
* La publicidad está presente en todos los programas, al principio, en medio y al final; es el elemento unificador de las programaciones.
La incitación al consumo
En las cadenas estadounidenses la programación se interrumpe, como promedio, cada diez minutos para intercalar publicidad.


En Estados Unidos las series televisivas son conocidas como soap operas (óperas de jabón), ya que a que a menudo las agencias de publicidad se convierten en responsables de la producción de series o de otros programas de ficción, con la intención de asociar el nombre de sus productos al éxito de la serie o de poder insertar en ella publicidad.


Muchas de las series más populares de la radio y la televisión han sido diseñadas como vehículo para una publicidad directa o indirecta. Además de los anuncios, en la incitación al consumo que practica la televisión hay que mencionar la práctica de los patrocinadores. Instaurados con el objetivo de hacer frente a los estragos del zapping, los patrocinios consiguen hacer omnipresente el nombre de las marcas. Lo mismo habría que decir respecto a la presencia de vallas y carteles publicitarios en los acontecimientos deportivos, sociales y hasta culturales retransmitidos por la televisión.


Las restricciones que los Estados imponen a la publicidad del alcohol y del tabaco han llevado a la búsqueda de publicidad indirecta. Se prohíbe la propaganda directa, pero no puede controlarse en efecto que tiene sobre el comportamiento de la audiencia la presencia del tabaco y del alcohol en los géneros de ficción y en otros discursos no publicitarios (comportamientos inducidos por imitación).
Por lo que la televisión, pues, incita al consumo. Pero, además, se vive como consumo.


LA TELEVISIÓN COMO OBJETO DE CONSUMO

Las cadenas de televisión se sustentan gracias a la publicidad, de esta premisa surge la dictadura de los rattings, que son indicadores del porcentaje de receptores que permanecen encendidos y de canales sintonizados durante un tiempo dado.


Jean Collet dice que hay que conservar el contacto a cualquier precio, es absolutamente preciso que la gente permanezca ahí. El verdadero cliente de la televisión no es, el espectador, si no el anunciante, debe servirlo porque éste hace posible la televisión.
En la lucha a muerte por conseguir la fidelidad del espectador, uno de los grandes enemigos a vencer es el zapping.
La información como mercancía
Las noticias se convierten en mercancía. Lo que importa es su valor de cambio, el interés de las informaciones se acaba cifrando en la novedad y la instantaneidad. No importa el referente, si no el partido informativo que se puede extraer de él.


Es un reflejo de la sociedad del kleenex, la cultura del usar y tirar, de la moda que se desea, se consume t rápidamente se reemplaza.
La televisión como mercancía
Según Mc Luhan, las noticias verdaderas son malas noticias, mientras que los anuncios publicitarios son buenas noticias. Para equilibrar esto en televisión, es necesario contar malas noticias para poder vender las buenas.


Cualquier programa, cualquier serie pierde rápidamente su interés, en cuanto han sido consumidos, necesitan ser reemplazados inmediatamente por otros. Las cadenas de televisión publicitan sus programas como cualquier otra mercancía, para convertirlos en objetos de deseo.
El espectáculo en casa
La televisión ha supuesto una revolución radical. Por una parte, el espectáculo se convierte en una posibilidad cotidiana. La televisión sirve, a través de las diversas cadenas, espectáculo constante y gratuito.


La televisión es espectáculo porque además de fagocitar todos los demás espectáculos, incorpora en su programación una multiplicidad de discursos con carácter espectacular, y convierte el espectáculo en realidad.




LA REALIDAD COMO ESPECTÁCULO

Al comienzo de la década de los setenta se empieza a gestar el rumbo que cambiaría a los medios de comunicación a como los conocemos en la actualidad.


Los contenidos en los medios se comienzan a globalizar, y la distinción entre realidad y fantasía, lo informativo y lo imaginativo cada vez va siendo mínima.


El continuo avance tecnológico asume un notable papel en la industria logrando satisfacer la necesidad de los espectadores por algo espectacular, a tal punto que la información presentada en noticieros televisivos adquirió una estructura casi cinematográfica a la hora de presentar las noticias, con las más duras e impactantes al principio y concluyendo con noticias más amables, incluso en las campañas políticas se comenzó a recurrir a éste tipo de recursos dando como resultado la sustitución de las ideas por un personaje Se daba paso al sensacionalismo, acompañado de una mujer de notoria belleza como maestra de ceremonias.


TRIVILIZACIÓN Y DESCONTEXTUALIZACIÓN

Cuando estamos viendo la televisión lo único que queremos es pasar un rato agradable tal vez sin hacer el mínimo esfuerzo, solo queremos sentarnos y disfrutar de lo que hay; pero nunca nos hemos puesto a pensar de lo que la tv nos dice, es decir como nos dice el autor que en cierta forma la televisión nos educa pero todos a un nivel medio sin sobrepasar, lo que podría entenderse de que llega hasta un cierto punto, y que lo único que nos interesa es las imágenes con emoción (guerras, calles destrozadas, inundaciones etc.) y lo que queremos no lo da la tv.


La televisión es como el chicle de nuestros ojos, y de ahí alimentamos el consumo de todo tipo de imágenes. En ocasiones la televisión nos vende no solo al político sino también nos vende sus ideas, y que hacemos pues como sociedad consumista se los compramos.
Por último el autor maneja la palabra supernada que se refiere a llenar contenidos, en pocas palabras cuando estamos viendo por ejemplo un programa y el contenido no es completo se llena con recursos visuales y verbales, pero sin llevarnos más allá de lo que se ve en la imagen y lo que se escucha.


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